Meta y la FTC se enfrentan por la definición de «red social personal»

 

Meta se enfrenta a un juicio antimonopolio crucial: ¿Qué está en juego?

Ayer se inició un juicio antimonopolio potencialmente histórico que podría transformar el panorama de las redes sociales y posiblemente desmantelar Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp. O, como suele ocurrir en batallas legales de alto perfil, podría fracasar tras años de disputas legales, dejándola maltrecha pero intacta.


El caso de la FTC: Definiendo el mercado

La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) presentó su caso contra Meta en 2020, acusando a la compañía de "mantener ilegalmente su monopolio personal en redes sociales mediante una conducta anticompetitiva de varios años". Un elemento central del argumento de la FTC son las adquisiciones de Instagram (2012) y WhatsApp (2014) por parte de Meta, que, según la agencia, fueron diseñadas para sofocar la competencia. La FTC busca soluciones que podrían obligar a Meta a desinvertir en ambas plataformas.


Un punto clave en el juicio es la definición del mercado de las "redes sociales personales" (PSN). La FTC adopta una visión limitada, argumentando que solo Facebook, Instagram y Snapchat son los principales actores, incluyendo también aplicaciones más pequeñas como MeWe. Cabe destacar que esta definición excluye a TikTok, YouTube, LinkedIn, X (anteriormente Twitter) y Discord, argumentando que estas plataformas no se utilizan principalmente para "mantenerse al día con la vida de amigos y familiares en un solo lugar".


Esta definición limitada otorga a Meta una cuota de mercado dominante: el 78 % de los usuarios activos mensuales y el 85 % del tiempo dedicado, según el alegato inicial de la FTC.


El contraataque de Meta: Redefiniendo la competencia

Meta, liderada por su director ejecutivo, Mark Zuckerberg, está contraatacando con firmeza. Zuckerberg testificó que el feed principal de Facebook ahora se centra menos en amigos y familiares y más en "entretenimiento y descubrimiento general", lo que la coloca en competencia directa con plataformas como TikTok y YouTube, ambas excluidas de la definición de la FTC.


La respuesta oficial de Meta acusa a la FTC de “manipular un mercado ficticio en el que Facebook e Instagram compiten únicamente con Snapchat y una aplicación llamada MeWe”. La empresa argumenta que si se incluyeran TikTok y YouTube, la cuota de mercado de Meta caería por debajo del 30%.


Meta también apela al patriotismo, destacando la ironía de que la FTC tenga en la mira a una importante empresa estadounidense mientras el gobierno estadounidense debate la prohibición de TikTok, de propiedad china. “Es absurdo que la FTC intente desmantelar una gran empresa estadounidense al mismo tiempo que la Administración intenta salvar a TikTok, de propiedad china”, declaró Meta, enmarcando el caso como una cuestión de competitividad nacional en IA y tecnología.


¿Qué sigue? Un largo camino por delante

Si la historia sirve de guía, este juicio podría prolongarse durante años. La saga antimonopolio de Microsoft, a menudo citada como precedente, comenzó con una investigación de la FTC en 1990, fue a juicio en 1998 y no se resolvió por completo hasta 2004, 14 años después de la investigación inicial.


Así pues, aunque los titulares puedan ser impactantes, no hay una perspectiva inmediata de que Meta se vea obligada a vender Instagram o WhatsApp. Para los músicos, creadores y empresas que dependen de las plataformas de Meta, el impacto diario es insignificante por ahora.



Por qué la industria musical (y todos los demás) deberían estar atentos



Aunque el resultado del juicio esté a años de distancia, los procedimientos podrían ofrecer información valiosa sobre el funcionamiento de Meta y señalar posibles cambios en el mundo de las redes sociales. Para cualquiera cuyo negocio o trabajo creativo dependa de estas plataformas, estar atento al drama judicial podría ser una advertencia temprana de los cambios que podrían transformar el panorama digital.



Por ahora, preparen sus palomitas y observen cómo una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo se enfrenta a un desafío legal que podría definir la próxima era de las redes sociales.

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