Live Nation/Ticketmaster se enfrenta a una nueva ronda de escrutinio antimonopolio bipartidista, esta vez en el ámbito deportivo.

 

Live Nation enfrenta nuevas críticas bipartidistas por el acuerdo con Fanatics, y ya no se trata solo de conciertos

Por Héctor Santana


Live Nation vuelve a estar bajo la lupa de Washington, y esta vez, la presión proviene de ambos partidos políticos, con un nuevo enfoque en sus operaciones de venta de entradas para eventos deportivos.


Apenas semanas después de que el Departamento de Justicia presentara formalmente su esperada demanda antimonopolio contra Live Nation y Ticketmaster, una nueva carta bipartidista ha aumentado la presión. Los senadores Amy Klobuchar (demócrata por Minnesota) y Mike Lee (republicano por Utah), dos legisladores con un largo historial de escrutinio del gigante de los conciertos y la venta de entradas, solicitan al Departamento de Justicia que investigue si la nueva alianza ampliada de Live Nation con Fanatics infringe las normas antimonopolio.


¿La preocupación? Que Fanatics, en lugar de entrar en el mercado de la venta de entradas como un verdadero competidor, decidió asociarse con Ticketmaster, una decisión que los senadores describen como otro ejemplo de "comportamiento anticompetitivo".


Este es el contexto: En marzo, Ticketmaster y Fanatics revelaron una integración bidireccional más profunda. Bajo el acuerdo, Ticketmaster comenzó a vender entradas deportivas secundarias a través de la aplicación de Fanatics, mientras que los productos de Fanatics comenzaron a aparecer en las plataformas de Ticketmaster. Si bien ambas compañías presentaron esto como una ventaja para los consumidores, Klobuchar y Lee afirman que podría ocurrir lo contrario.


En su carta a la jefa antimonopolio del Departamento de Justicia, Abigail Slater, los senadores argumentaron que esta fusión podría haber sido diseñada para preservar el supuesto monopolio de Live Nation, impidiendo así que Fanatics entrara significativamente en el mercado principal de venta de entradas. "En lugar de innovar, revolucionar y competir por sí mismos", escribieron, Fanatics "se unió a un monopolista de la venta de entradas en línea".


Como era de esperar, Live Nation contraatacó. Un portavoz de Ticketmaster afirmó que el acuerdo es "solo otro canal de distribución minorista", señalando que simplemente les permite vender entradas de reventa en la plataforma de Fanatics. Pero esa defensa podría no ser suficiente para calmar la creciente preocupación de los legisladores y los reguladores.


Todo esto se desarrolla en el contexto del caso antimonopolio en curso del Departamento de Justicia contra Live Nation, una demanda que afecta directamente la forma en que la compañía opera en eventos en vivo. Con un nuevo escrutinio que ahora se extiende al mundo del deporte, la compañía podría estar ante una tormenta cada vez mayor.


Y no solo se vislumbran acciones legales. El impulso en el Capitolio podría sentar las bases para un verdadero cambio legislativo. La Ley TICKET, largamente debatida, que busca aumentar la transparencia en el precio de las entradas, está ganando fuerza, e incluso Live Nation ha expresado su apoyo. Pero si las preocupaciones bipartidistas continúan aumentando, podríamos ver una legislación más amplia dirigida directamente a impulsar la competencia y regular la reventa.


En resumen, los problemas regulatorios de Live Nation ya no se limitan a las entradas de Taylor Swift o las consecuencias negativas de Bruce Springsteen. El acuerdo con Fanatics podría ser un punto de inflexión y una señal de que el Congreso está listo para actuar.

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