¿Otro acuerdo con el catálogo de Taylor Swift? Según informes, Shamrock busca vender los masters originales de la artista.


 Shamrock Capital estaría buscando vender los masters originales de Taylor Swift, ¿pero a qué precio?


El tenso tira y afloja por los masters originales de Taylor Swift podría estar entrando en una nueva etapa. Según un informe reciente de Jeanette Settembre de Page Six, Shamrock Capital está considerando discretamente la idea de vender las grabaciones originales de Swift, y el precio podría revolucionar la industria.


Se rumorea que Shamrock, que adquirió los masters de Ithaca Holdings de Scooter Braun en 2020 por un precio estimado de 300 millones de dólares, está ofreciendo el catálogo por entre 600 millones y 1.000 millones de dólares. Sí, mil millones con "B".


Lo que resulta especialmente sorprendente es quién supuestamente está impulsando el acuerdo: el propio Scooter Braun. A pesar de haber vendido el catálogo hace cinco años —una decisión que, como es bien sabido, desencadenó la decisión de Swift de regrabar sus primeros álbumes—, Braun, según se informa, está animando a Shamrock a ofrecerle los masters directamente.


Aquí es donde la cosa se pone interesante.


¿Por qué vender ahora?

Hay varios factores que podrían estar motivando a Shamrock a considerar la venta de sus derechos. En primer lugar, las grabaciones originales —vinculadas a los primeros seis álbumes de Swift— han perdido relevancia en el mercado debido a la estrategia de la propia artista: las regrabaciones de la "Versión de Taylor".


Estas regrabaciones no han sido solo gestos simbólicos ni proyectos de fanservice. Han tenido un éxito rotundo. En las plataformas de streaming, están superando a las originales. En las sincronizaciones televisivas, las campañas publicitarias y los tráilers, son las versiones regrabadas —no los masters propiedad de Shamrock— las que se están licenciando.


Ese tipo de dominio del mercado cambia la narrativa. Para Shamrock, conservar las versiones originales podría no ofrecer el valor a largo plazo proyectado.


¿Juegos de valoración?

El rango de precio sugerido de 600 millones a 1.000 millones de dólares parece ambicioso, o al menos estratégico. Probablemente sea un punto de apoyo para la negociación, más que un reflejo del valor real de mercado, especialmente considerando que:


Las versiones originales están siendo desplazadas activamente por las regrabaciones de Swift.


Swift no tiene obligación contractual de promocionar ni apoyar las originales.


El poder de las licencias de sincronización ahora reside casi por completo en "Taylor's Version".


La capacitación en inteligencia artificial y las futuras oportunidades tecnológicas en torno a los masters pueden ofrecer algunas ventajas, pero no las suficientes como para justificar una oferta de diez cifras sin que el comprador dude.


Además, Swift ha dejado claro en el pasado: no recompra lo que cree que le fue arrebatado sin su consentimiento. Por lo tanto, si ella es la compradora prevista, cualquier acuerdo tendrá que abordar no solo los aspectos financieros, sino también las emociones y el legado.


¿Morderá Taylor? Desde un punto de vista financiero, Swift puede permitirse la compra, sin duda. Pero si quiere o no hacerlo es otra cuestión.


Sus regrabaciones han sido un éxito rotundo tanto artística como comercialmente. Le han permitido recuperar su narrativa y ofrecer un nuevo valor a sus fans sin gastar un céntimo en su catálogo original. Recomprar los masters antiguos podría tener sentido solo si le ayuda a controlar aún más la narrativa o a evitar que se utilicen de formas a las que se opone (como, por ejemplo, el entrenamiento de modelos con IA).


Pero seamos realistas: si Swift no compra, el mercado para estos masters se reduce drásticamente. Sin su respaldo ni su aprobación, su potencial de ingresos a largo plazo es, en el mejor de los casos, incierto.


El panorama general

Se concrete o no el acuerdo, esta posible venta revela la dinámica rápidamente cambiante de los derechos musicales en la era del streaming. El valor del catálogo ya no se limita a lo que se grabó, sino a quién controla la narrativa cultural y a quién le pertenecen las oportunidades futuras.


Swift cambió el guion con "Taylor's Version", obligando a sellos discográficos y financieras a replantearse cómo evalúan los masters, los contratos y la influencia de los artistas. Universal Music incluso ajustó sus contratos para evitar futuras disputas por regrabaciones, una señal del gran alcance del impacto.


Ahora, mientras Shamrock reflexiona sobre su próximo paso, todas las miradas están puestas en si los masters originales, antes considerados una joya de la corona, aún conservan el brillo de antaño.


Digamos esto: si se piden mil millones de dólares, Swift tiene todas las de ganar, y puede que ni siquiera necesite jugarlas.

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