Una encuesta global de Live Nation revela que la música en vivo es la forma de entretenimiento favorita del mundo.


 Informe “Living for Live” de Live Nation: La música en vivo supera a los deportes, el cine y el streaming como el entretenimiento favorito del mundo


La última encuesta global de Live Nation, “Living for Live”, confirma lo que muchos en el mundo de la música ya intuían: la música en vivo no solo ha regresado, sino que lidera la evolución cultural. Tras encuestar a 40.000 fans en 15 países, la compañía descubrió que la música en vivo se ha convertido oficialmente en la forma de entretenimiento preferida, superando a los deportes, el cine e incluso el streaming.


Las cifras son contundentes. El 40% de los encuestados afirmó que, si solo pudieran tener una forma de entretenimiento para toda la vida, sería la música en vivo. Aún más sorprendente, el 70% afirmó que preferiría ver a su artista favorito en directo antes que disfrutar de otros placeres importantes de la vida, incluido el sexo. Es una declaración rotunda de la profunda resonancia que tienen las experiencias en vivo en la era pospandémica.


El núcleo emocional de la música en vivo


El informe destaca la estrecha relación que existe entre la música y la identidad. El 85% de los fans afirmó que la música define su identidad, y el 84% cree que las experiencias en vivo son la parte más gratificante de su vida de entretenimiento. Los fans se expresan a través de los conciertos, desde la ropa que eligen hasta las fotos que comparten en línea. La energía de estar entre la multitud, sentir los bajos y conectar con miles de personas crea un sentimiento de pertenencia que las plataformas digitales simplemente no pueden replicar.


Los conciertos se han convertido en eventos rituales. Los fans planean, ahorran y viajan para asistir, a veces con años de anticipación. Muchos conmemoran sus conciertos favoritos con tatuajes o recuerdos, consolidando el impacto emocional que estas experiencias tienen en sus vidas.


El efecto dominó: La música en vivo y la economía


Más allá de la realización personal, «Living for Live» destaca la enorme influencia económica de los conciertos. Los fans viajan colectivamente miles de millones de kilómetros para ver a los artistas en vivo, generando un efecto dominó en la hostelería, el turismo, el transporte y el comercio minorista. Cada concierto genera ingresos para las economías locales, convirtiendo a la música en vivo no solo en una fuerza cultural, sino también en un motor económico.


Lo Real Supera lo Virtual


A pesar del dominio del streaming y las redes sociales, los fans se inclinan por la autenticidad. Un impresionante 93% afirma valorar más las experiencias reales que las virtuales, y el 80% prefiere gastar dinero en experiencias que en bienes físicos. Este cambio refleja una tendencia cultural más amplia hacia la conexión, el significado y los momentos compartidos, algo que se hizo especialmente evidente tras los confinamientos por la COVID-19.


El Panorama General


Lo que revela Living for Live es que la música ha trascendido su condición de simple arte: ahora es un pilar de la cultura y la identidad globales. En un mundo cada vez más mediado por pantallas y algoritmos, la música en vivo ofrece algo excepcional: conexión humana. Ya sea un festival en Europa, un concierto en un club de Seúl o un espectáculo en un estadio de Nueva York, los fans de todo el mundo demuestran que no hay nada como estar allí.


La música en vivo, al parecer, ya no es solo entretenimiento, sino una forma de vida.

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