El regreso de las cintas de casete: una historia oculta


 El Resurgimiento Serio del Cassette: Cómo una Tecnología Ruidosa Fundamentó Nuestro Mundo Moderno

Las ventas de casetes están subiendo nuevamente y han alcanzado su punto más alto en 20 años. Artistas contemporáneos están lanzando sus álbumes en este formato, un hecho que, a primera vista, puede parecer desconcertante dada su "pobre calidad de sonido y su tendencia a desenrollarse". Sin embargo, este regreso es mucho más que simple nostalgia: los casetes son la base del mundo moderno.

La Experiencia de Escucha Intencional

Hoy en día, las grandes tiendas como Target y Best Buy generalmente no tienen casetes en stock. Esto significa que los oyentes están limitados a casetes vintage (que pueden sonar deteriorados) o a costear álbumes nuevos que pueden llegar a valer casi $30 dólares con el envío incluido.

Para quienes desean volver a la experiencia, existen compañías modernas, como We Are Rewind, que fabrican reproductores con características actuales, incluyendo batería recargable y Bluetooth. Sin embargo, para capturar la sensación de antaño, uno puede optar por usar audífonos con cable.

El contraste con la actualidad es notable. Hoy podemos transmitir casi toda la música grabada por la mitad del precio mensual de un solo casete nuevo. Pero el valor del casete radica en su intencionalidad. Al usar casetes, estás limitado a escuchar "un álbum a la vez, sin saltos". Esto brinda una sensación refrescante en nuestro "mundo excesivamente conectado y impulsado por algoritmos".

Revolución y Distribución Descentralizada

Mirando hacia atrás en la historia, el casete fue un "paso masivo hacia adelante". Por primera vez, la música grabada se hizo portátil. Esto significaba que la gente podía llevar sus álbumes consigo, incluso escuchar música en un avión, algo que era difícil de hacer con vinilos.

El casete rompió el estricto control de distribución que tenían las discográficas. La creación de discos de vinilo era un proceso complicado y costoso que involucraba cortar el máster con un torno y crear un estampador. Los casetes, en cambio, utilizan cinta con partículas magnéticas que pueden reorganizarse fácilmente, permitiendo a cualquiera grabar lo que quisiera: copiar discos completos, grabar directamente de la radio o incluso duplicar material nunca distribuido oficialmente.

El Crecimiento del Hip Hop y la Cultura Callejera

Esta facilidad de grabación y copia fue crucial para el desarrollo de la cultura hip hop. En sus inicios, el hip hop era principalmente una experiencia en vivo en lugares como el Bronx, donde DJ Kool Herc utilizaba dos tocadiscos.

DJs como DJ Hollywood comenzaron a grabar sus mezclas en vivo en cintas, inicialmente para escucharlas después, pero rápidamente empezaron a vender copias esa misma noche. Estos tapes en vivo permitieron que el hip hop, un género emergente sin airplay de radio o discos oficiales, se difundiera rápidamente por toda Nueva York y más allá. Los fans copiaban e intercambiaban cintas de actos como Grandmaster Flash y los Cold Crush Brothers. En esencia, el hip hop pudo crecer y expandirse por el mundo gracias a los casetes. Estas cintas ofrecían una "instantánea de lo que estaba sucediendo en ese momento exacto" en las calles, no en un costoso estudio de grabación.

Infiltración Cultural: Los Dakou Tapes en China

El poder de distribución del casete se hizo evidente en lugares con fuerte censura. Durante la Revolución Cultural China (finales de los sesenta y principios de los setenta), solo se podía escuchar legalmente siete canciones—todas óperas revolucionarias que el gobierno amplificaba a través de altavoces.

Sin embargo, para 1995, China había pasado de esas siete óperas a tener acceso a casi toda la música occidental de la época. Este flujo de música se logró a través de los “dakou tapes” (que se traduce literalmente como "con un corte").

A finales de los años ochenta, la industria musical estadounidense vendía los casetes rechazados (a menudo cientos de miles de copias no vendidas) a la cadena de suministro de chatarra plástica, principalmente a China. Para asegurar que la música no se reprodujera, estos casetes eran intencionalmente dañados, a menudo con un corte profundo en el estuche y la cinta magnética.

El Profesor Yue, al examinar estas pilas de chatarra plástica en Hou Ping, China, descubrió que al desenroscar el casete, retirar la cinta y volver a enrollarla en un cuerpo nuevo, la música se reproducía perfectamente. Se estima que hasta 3 millones de casetes entraron anualmente a China como chatarra.

Esta música llegó completamente descontextualizada de su historia y cronología de lanzamiento. Este consumo descontextualizado llevó a los músicos chinos a combinar influencias de formas que podrían parecer "extrañas a los oídos occidentales", como mezclar country y metal, lo que resultó en una creación musical creativamente desbocada.

El Casete como el 'Internet Antes del Internet'

El casete invirtió la distribución musical, otorgando el control a la gente sobre la música que se compartía y se hacía popular.

Ya sea distribuyendo un género musical en crecimiento o cambiando la cultura musical de una nación entera, los casetes permitieron la distribución sin la aprobación de los poderes establecidos. En otras palabras, "los casetes fueron el internet antes del internet".

Este concepto de mezclar y yuxtaponer contenido se resume en una palabra que describe la cultura ecléctica de ciudades como Nueva York, las instantáneas musicales de las tiendas de discos usadas, y la difusión del hip hop en las calles: Mixtape.

Hoy en día, incluso con el streaming y plataformas como Bandcamp o SoundCloud, este espíritu perdura: "todos somos solo cintas vírgenes, asimilando música, medios, noticias o información de una variedad de fuentes, descontextualizándolos y decidiendo qué es más importante o influyente para nosotros mismos".

En última instancia, seguimos haciendo nuestros propios mixtapes todo el tiempo.

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