El último álbum de Kevin Parker, Deadbeat, marca una audaz evolución para Tame Impala, orientando el sonido de la banda hacia la música electrónica y dance. Dado que la primera hija de Parker nació un año después de The Slow Rush, el álbum también sirve como una reflexión sobre la paternidad, combinando el crecimiento personal con un guiño a su pasado. Temas como "Piece of Heaven" muestran el lado experimental de Parker, combinando cuerdas sintéticas, ritmos de electro-funk y voces sampleadas de una manera que se siente a la vez nostálgica y futurista.
El álbum comienza con una demo íntima y sin adornos que se despoja de la producción brillante de lanzamientos anteriores, revelando una faceta más cruda y personal de Parker. Si bien sigue explorando temas como los celos, la ansiedad social y la inseguridad, Deadbeat encuentra a Parker más cómodo con la imperfección, dejando ver las costuras de su arte. Desde "Oblivion", con influencias del dembow, hasta "Ethereal Connection", el tema de prog-house de casi ocho minutos, el álbum es un homenaje a la diversidad y profundidad de la música dance. Deadbeat no es solo una ruptura con el trabajo anterior de Tame Impala, sino una celebración de la transformación. Ya sea con nostálgicos guiños a los Beatles o una atrevida reinvención de "Wild Thoughts" de DJ Khaled y Rihanna, Parker continúa desafiando los límites, demostrando que incluso los artistas más refinados pueden encontrar nueva vida en la pista de baile.

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