En el cambiante panorama del streaming musical, un grupo sintético llamado The Velvet Sundown ha emergido como una anomalía y una señal de alerta. Con más de 1,07 millones de oyentes mensuales en Spotify y 40 canciones lanzadas en un solo mes, esta supuesta "banda" ha cautivado, confundido y preocupado a la industria. ¿El truco? Ni siquiera está claro que exista una banda, al menos no una humana.
Este misterio musical se volvió viral gracias a la atención mediática que generó el repentino auge del streaming del proyecto, impulsado por las primeras posiciones en las listas de reproducción y la exposición algorítmica. Pero la verdadera intriga comenzó cuando alguien que decía representar a The Velvet Sundown —un hombre llamado Andrew Frelon— fue desenmascarado como simplemente "el tipo que manejaba la cuenta falsa de Twitter de Velvet Sundown".
Entonces, ¿quién o qué está realmente detrás de la música?
La respuesta parece ser la inteligencia artificial. Los perfiles de redes sociales vinculados al proyecto afirman que The Velvet Sundown es "un proyecto de música sintética guiado por la dirección creativa humana" y "expresado y visualizado con el apoyo de inteligencia artificial". En otras palabras, mitad humano, mitad máquina, pero totalmente optimizado para el éxito en streaming.
La nueva cara de la música con IA
Ya sea que The Velvet Sundown sea un truco publicitario, un ingenioso experimento tecnológico o un simple plan para maximizar las regalías, su auge presenta una realidad escalofriante: la música generada por IA ya no se distingue de las bandas reales en las plataformas de streaming. Y sin las barreras adecuadas, estos proyectos pueden competir, y a menudo superar, a los artistas humanos en igualdad de condiciones.
Para complicar aún más las cosas, parece haber un segundo proyecto de IA con un nombre similar, simplemente llamado Velvet Sundown, que también ha estado lanzando música con el mismo sello, DistroKid. Esto sugiere una estrategia más amplia, o al menos una táctica de replicación, que podría generar aún más "Velvets" en un futuro próximo. ¿Qué detiene una avalancha de Velvet Sunups, Velvet Dawns o Velvet Midnights?
Mientras tanto, a pesar de todo el revuelo, Spotify ha guardado silencio. No ha hecho comentarios sobre el origen del proyecto, no ha confirmado la participación de la IA y, lo más importante, no ha hecho ningún esfuerzo inmediato para etiquetar o restringir que las pistas generadas por IA se filtren en listas de reproducción personalizadas como Discover Weekly.
La industria responde… lentamente
No todos se quedan de brazos cruzados. Plataformas como Qobuz han trazado una línea clara, afirmando que su plataforma curada evita la "basura de IA" al confiar en editores humanos y purgar las reproducciones fraudulentas. Deezer también ha anunciado iniciativas para etiquetar el contenido creado por IA, aunque la ejecución aún se encuentra en sus primeras etapas.
Pero estos esfuerzos aún son excepcionales. En Spotify, el servicio de streaming más grande del mundo, las pistas creadas por IA reciben el mismo trato que las creaciones humanas, incluso cuando sus creadores no existen.
Por qué esto importa
Para muchos oyentes, si una canción fue interpretada por una persona o un programa puede no importar, hasta que sí importa. Los artistas humanos luchan por ganarse la vida, luchando por una fracción de centavo por reproducción, construyendo comunidades, haciendo giras y promocionando su trabajo. Proyectos de IA como The Velvet Sundown evitan todo eso —sin fans, sin conciertos, sin riesgo— y aun así obtienen regalías.
Esto plantea urgentes cuestiones éticas y económicas:
¿Debería permitirse la música de IA en las plataformas convencionales?
¿Debería al menos etiquetarse claramente para los consumidores?
¿Deberían las listas de reproducción seleccionadas y los algoritmos distinguir entre creadores humanos y sintéticos?
Como mínimo, la música creada por humanos merece una oportunidad, y eso empieza con transparencia y políticas de plataforma más inteligentes.
¿Qué viene después?
Si Spotify y otras plataformas de streaming no intervienen pronto, The Velvet Sundown podría ser solo el principio. Con bajo costo, escalabilidad instantánea y la ventaja de los algoritmos, la música de IA pronto podría inundar las listas de reproducción, diluir las regalías de los artistas y desplazar a los músicos que buscan ganarse la vida.
La industria musical debe responder a una pregunta crucial: ¿Estamos escuchando arte o simplemente estamos reproduciendo código?
Hasta entonces, The Velvet Sundown sigue su curso —«no del todo humano, ni del todo máquina»—, pero con un control absoluto del futuro del streaming.
Escrito por Héctor Santana para Santana News y Atento, un informe de Musica Media.

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