¿Cuál es el sentido de las biografías musicales?




 ¿Cuál es el punto de las Biopics Musicales? Más allá del Billete y la Fama

Las biopics musicales están viviendo su edad de oro. En los últimos años, hemos visto un aumento no solo en la frecuencia de estas películas, sino también en el perfil de los artistas que presentan, siguiendo el éxito de cintas como Bohemian Rhapsody y Rocketman. Con proyectos masivos en camino, como las cuatro biopics de The Beatles de Sam Mendes en 2028, es natural preguntarse: ¿cuál es el verdadero punto de estas películas?

A primera vista, la respuesta más obvia es el dinero. Basar una película en un artista ya querido por millones, que ya ha vendido millones de discos, asegura una audiencia dispuesta a gastar. En una era donde los estudios de cine buscan "apuestas seguras", las biopics musicales son una inversión natural que casi siempre paga bien. Pero, ¿es esa la única razón? Creemos que no.

Las Satisfacciones Superficiales (¡Que son chéveres!)

Aunque muchas biopics sean criticadas por ser "vacías", tienen sus puntos fuertes. Estas películas, especialmente las de gran presupuesto, son a menudo ejercicios maravillosos en diseño de producción. Son un testimonio del increíble trabajo de diseñadores de vestuario, escenógrafos, maquilladores y locaciones. Poder ver un atuendo icónico que solo conocíamos por fotos, o sumergirnos en un concierto famoso del que solo habíamos visto videos de baja resolución, es una experiencia única.

También sirven de escaparate para los actores, permitiéndoles encarnar a figuras que ya conocemos y amamos. Cuando un actor lo logra con éxito, puede incluso añadir una nueva dimensión al personaje que cambia nuestra percepción de nuestros artistas favoritos o cómo recordamos su impacto en el mundo. ¡Y por supuesto, estas actuaciones a menudo son cebos para premios!.

Sin embargo, estas son satisfacciones a nivel superficial. Para encontrar un propósito más profundo y duradero, tenemos que escarbar un poco más.

Re-escribiendo la Historia: La Creación de Mitos

Una de las críticas más comunes a las biopics "de toda la vida" es que se sienten como artículos de Wikipedia, pero la realidad es que a menudo juegan "rápido y suelto" con los eventos reales. Lejos de contar la "verdadera historia" que prometen, muchas biopics reescriben la historia para convertirla en mito.

• Walk the Line exagera la tensión entre Johnny Cash y su padre.

• Straight Outta Compton borra a miembros fundadores y omite abusos.

• Bohemian Rhapsody cambia líneas de tiempo, añade rupturas inexistentes y altera la realidad del diagnóstico de SIDA de Freddie Mercury.

Esta mitificación es lo que la mayoría de las biopics musicales hacen con sus sujetos, a menudo siguiendo una estructura familiar que podríamos llamar el "arco de Dewey Cox". Este arco, que incluye desde la infancia conflictiva hasta la caída en la adicción y la redención o el final trágico, convierte las historias de las estrellas del pop en parábolas míticas de nuestra era.

Las películas que adoptan esta naturaleza mítica a menudo son las más exitosas. Rocketman, por ejemplo, aunque sigue el arco de Dewey Cox, se siente fresca porque abraza el hecho de que es mitología. La cuenta la historia como un musical grandioso y exagerado, utilizando secuencias fantásticas para subrayar las emociones. Otro ejemplo es Better Man, la película de Robbie Williams, que convierte al cantante en un "mono bailarín literal" para lean into the legend. Y no podemos olvidar a I'm Not There, que explora a Bob Dylan a través de seis personajes diferentes, cada uno representando una de sus personas, entendiendo su rol como símbolo cultural.

Desmitificando y Humanizando: El Lado Real de la Estrella

No todas las biopics están interesadas en la mitificación. Algunas se dedican a lo contrario, desafiando la leyenda para recordarnos que las estrellas de rock son personas reales.

• Stardust (sobre David Bowie) lo retrata como un joven inseguro en lugar de un "cambiaformas mítico del espacio exterior".

• Priscilla descompone el mito de Elvis no a través del Rey mismo, sino al mostrar el impacto de su fama, uso de drogas y adulterio en la vida de Priscilla, humanizando así las consecuencias de una figura mítica.

• 24 Hour Party People (sobre Tony Wilson y la escena musical de Manchester) es "descaradamente poco seria" y un "fantástico recordatorio de la humanidad desordenada" en el centro de cualquier movimiento musical. Rompe la cuarta pared y acepta la fantasía, pero a la vez muestra a estas figuras míticas "reducidas a un puñado de cigarrillos encendidos en un estudio de mala muerte".

• I'm Not There también desmitifica a Dylan en una de sus tramas, donde Heath Ledger interpreta a un actor que interpretó a un personaje que era una versión de Dylan, llamando la atención sobre la artificiosidad del mito.

Estas películas nos ofrecen una perspectiva refrescante al humanizar a los rockstars en medio de un mar de películas que los deifican.

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