Sir Lucian Grainge pide "medidas de seguridad adecuadas" para la IA en medio del debate sobre los cambios propuestos a los derechos de autor en el Reino Unido


 Inteligencia artificial y derechos de autor: el director ejecutivo de Universal Music Group pide medidas de protección ante los cambios en la legislación del Reino Unido

Sir Lucian Grainge, presidente y director ejecutivo de Universal Music Group (UMG), ha escrito recientemente un artículo de opinión en The Times en el que aborda la intersección entre la inteligencia artificial y la protección de los derechos de autor. Su intervención llega en un momento crítico en el que el gobierno del Reino Unido está proponiendo cambios significativos en las leyes de derechos de autor que alterarían fundamentalmente la forma en que se pueden utilizar las obras creativas para entrenar a los sistemas de IA.

Entender la controversia

En el centro de este debate se encuentra la propuesta del gobierno laborista británico de implementar un sistema de "exclusión voluntaria" para el entrenamiento de la IA. Este sistema revertiría el principio tradicional de derechos de autor que requiere permiso antes de usar obras protegidas. En cambio, los desarrolladores de IA podrían usar contenido protegido por derechos de autor de forma predeterminada a menos que los titulares de los derechos se opongan explícitamente.

Este cambio propuesto ha provocado fuertes reacciones de la comunidad creativa. Ed Newton-Rex, fundador de la organización sin fines de lucro Fairly Trained, que certifica la IA ética, sostiene que este enfoque "revierte el principio mismo de la ley de derechos de autor" que históricamente ha protegido los derechos de los creadores a controlar cómo se utiliza su trabajo. Las preocupaciones de la comunidad creativa culminaron en una poderosa protesta simbólica: más de 1.000 artistas, entre ellos figuras destacadas como Damon Albarn, Kate Bush y Annie Lennox, colaboraron para lanzar un "álbum silencioso". Esta ausencia deliberada de sonido sirve como una cruda metáfora de lo que muchos temen que podría suceder con la expresión creativa original si se debilitan las protecciones de los derechos de autor.

La perspectiva de Grainge

La posición de Sir Lucian Grainge es notablemente equilibrada. Reconoce el potencial transformador de la IA en múltiples campos, incluida su capacidad para "revolucionar la investigación científica y médica, mejorar la creatividad artística y hacer contribuciones a innumerables otras áreas que podrían mejorar materialmente nuestras vidas".

Sin embargo, enfatiza que la tecnología en sí carece de juicio ético: "la tecnología en sí misma nunca puede distinguir el bien del mal; es una herramienta para ayudarnos, para enriquecernos, sí, pero solo si la guiamos con barandillas adecuadas". Este marco posiciona a la IA como una herramienta poderosa que requiere orientación y supervisión humanas.

Grainge sitúa la actual revolución de la IA en su contexto histórico, señalando que la industria musical ha superado numerosas transiciones tecnológicas, desde el vinilo hasta los servicios de streaming. A lo largo de estos cambios, observa que "la buena música siempre surge de la creatividad humana", un principio que cree que debería seguir guiando las decisiones políticas incluso a medida que avanzan las capacidades de la IA.

La respuesta más amplia de la industria

Grainge no está solo en sus preocupaciones. Ha unido fuerzas con otros líderes de la industria musical, incluido el presidente de Sony Music Group, Rob Stringer, y el director ejecutivo de Warner Music Group, Robert Kyncl, en la campaña contra los cambios propuestos en los derechos de autor. Su acción colectiva, junto con la protesta silenciosa por el álbum, parece estar teniendo un impacto.

Informes recientes del Guardian sugieren que el gobierno del Reino Unido, encabezado por el primer ministro Sir Keir Starmer, puede estar reconsiderando su enfoque. Entre las alternativas que se están considerando se encuentran limitar la cláusula de "exclusión voluntaria" solo a los desarrolladores de IA del Reino Unido o crear reglas diferentes para las industrias creativas en comparación con los medios de comunicación masivos.

La presión adicional proviene del propio Parlamento. Los responsables del Comité de Ciencia, Innovación y Tecnología y del Comité de Cultura, Medios y Deporte han instado al gobierno a cambiar el enfoque de relajar las normas de derechos de autor a garantizar una mayor transparencia en la forma en que las empresas de IA utilizan los materiales de formación.

Lo que está en juego en la decisión

Grainge enmarca el momento actual como históricamente significativo, señalando que la historia de innovación del Reino Unido, desde "las máquinas de vapor que impulsaron la Revolución Industrial hasta los Beatles, que dieron forma a la cultura global a través de la música", lo posiciona de manera única en este debate.

Advierte que el progreso "nunca es inevitable y las tecnologías pueden fallar", normalmente debido a "consecuencias imprevistas, la abdicación de la responsabilidad moral o la incapacidad de los líderes para establecer salvaguardas públicas razonables".

Su conclusión enfatiza que si bien "la IA transformará la sociedad", la forma en que lo haga "depende de nosotros". Esto coloca la responsabilidad directamente sobre los hombros de "gobiernos, industrias y creadores" para trabajar juntos para establecer un marco para una "IA responsable".

Por qué esto es importante

Este debate ilustra la tensión fundamental entre la innovación tecnológica y la protección de los derechos creativos. El resultado probablemente no solo influirá en las industrias creativas del Reino Unido, sino que podría sentar precedentes para la forma en que otras naciones abordan estas mismas cuestiones.

Para los creadores, lo que está en juego implica tanto su sustento como el reconocimiento de sus derechos de propiedad intelectual. Para los desarrolladores de IA, la accesibilidad de los datos de entrenamiento afecta directamente su capacidad para hacer avanzar su tecnología. Y para la sociedad en general, estas decisiones darán forma al panorama cultural y económico de las generaciones venideras.

Como dice Grainge lf señala que “las decisiones que tomemos ahora en materia de IA (ética, legal y tecnológica) tendrán repercusiones en las próximas décadas”. Encontrar el equilibrio adecuado entre fomentar la innovación y proteger la expresión creativa sigue siendo uno de los desafíos más importantes en nuestro mundo cada vez más impulsado por la IA.

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