«Todo iba bien, hasta cierto punto»: La última gira de Bob Marley


 ‘Todo Estaba Funcionando Bien, Hasta Cierto Punto’: La Gira Final de Bob Marley

En la primavera de 1980, Bob Marley y The Wailers se embarcaron en la gira Uprising para promocionar el álbum homónimo, un momento que se perfilaba para elevar al pionero del reggae a un nuevo nivel cultural. El álbum Uprising presentaba una ilustración de un Marley musculoso con los brazos extendidos hacia el cielo en la portada. Su sencillo, "Could You Be Loved", estaba abriéndose camino en los clubes de baile de Estados Unidos (algo inusual para Marley) y en Europa.

Lo que se concibió como una confirmación de la estatura global de Marley se convertiría, lamentablemente, en su canto de cisne.

El Fuego de The Wailers

The Wailers estaban completamente preparados, con una poderosa alineación que incluía a los guitarristas Junior Marvin y Al Anderson, los tecladistas Earl “Wya” Lindo y Tyrone Downie, el bajista Aston “Family Man” Barrett y su hermano, el baterista Carlton Barrett. Las I-Threes (Rita Marley, Marcia Griffiths y Judy Mowatt) complementaban a Marley bañando sus canciones en hipnóticas armonías.

Marley se preparaba con la intensidad que lo caracterizaba. Al Anderson recuerda a Rolling Stone que Marley "siempre estaba entrenando y tenía muchos aparatos, como pesas", corriendo y aumentando su cardio antes de las giras porque se movían "prácticamente todos los días a algún sitio". Cuando subía al escenario, "nunca dejaba de moverse".

La gira, que comenzó en Zúrich, Suiza, a finales de mayo, tuvo un impacto claro para todos los que compraron una entrada. Su primera actuación en Italia se programó en un estadio para más de 100,000 personas, y el concierto terminó atrayendo a más de 120,000 asistentes. Incluso en Estados Unidos, la gira prometía grandes cosas, incluyendo dos noches como co-cabeza de cartel con los Commodores (que aún contaban con Lionel Richie) en el Madison Square Garden de Nueva York.

Intensidad en el Escenario y "Redemption Song"

Los conciertos de 90 minutos se extendían fácilmente hasta las dos horas. Marley, que a veces aparecía vestido con una camisa decorada con los colores de la bandera jamaicana, ofrecía sus habituales actuaciones intensas y comprometidas, corriendo en el mismo sitio constantemente. Los sets eran un recorrido por su obra, desde himnos reconocibles como "No Woman, No Cry" y "I Shot the Sheriff" hasta canciones anteriores como "Zimbabwe" y "Burnin’ and Lootin’".

Un momento destacado de la gira fue la inclusión de una de sus creaciones más duraderas, "Redemption Song". Era la primera vez que el público la escuchaba en vivo, y se distinguía porque Marley, rompiendo con su configuración habitual, la interpretaba tocando la guitarra acústica él mismo con un acompañamiento mínimo de la banda. Aunque no era conocido por sentarse y tocar solo, fue ampliamente aceptado por la gente.

Anderson afirmó que Marley "trabajó muy duro para mantenerlo todo unido" y puso su corazón en la gira, mientras que la banda estaba "encendida a toda máquina".

La Semilla Profética y el Colapso

Mientras la banda continuaba "funcionando bien, hasta cierto punto", la salud de Marley se deterioraba, especialmente al comenzar los shows en Estados Unidos después de la extenuante etapa europea.

Una línea de su canción "Running Away" ("You running, you running/But you can’t run from yourself") resultó ser inquietantemente profética. A Marley se le había diagnosticado melanoma lentiginoso acral (ALM), una forma rara y agresiva de cáncer de piel, tres años antes.

Durante su estancia en Nueva York para los conciertos con los Commodores, Marley se paralizó y cayó mientras corría en Central Park, un incidente que se atribuyó a un tumor cerebral. Al Anderson señaló que Marley debería haberse hidratado y descansado, pero era "tan físico y quería entrenar".

A pesar de las sombrías noticias, Marley se empeñó en dar un espectáculo más. El 30 de septiembre, Marley llegó al Stanley Theatre en Pittsburgh luciendo "delgado y frágil", un cambio notorio. Sin embargo, se recuperó y logró terminar todo el espectáculo, un evento más tarde conmemorado en el álbum póstumo Live Forever.

El Final Inevitable

Según la biografía Catch a Fire: The Life of Bob Marley de Timothy White, Rita Marley, al no haber sido informada del colapso de su esposo en Nueva York, insistió en que el resto de la gira debía cancelarse. El publicista de Marley citó agotamiento como la razón, sin mencionar su lucha contra el cáncer.

Tras la cancelación de los shows restantes, Marley fue ingresado discretamente en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center en Nueva York. Allí se confirmó lo peor: el cáncer se había extendido al cerebro, los pulmones y el hígado. Fiel a sus creencias rastafaris, Marley rehusó someterse a cualquier operación para extirpar los tumores. En su lugar, inició tratamientos que lo llevaron a México, Miami, y Baviera, Alemania.

Anderson describió a Marley como un "león herido" que nunca se rindió. Cuando su médico le informó que el final estaba cerca, Marley insistió en ser trasladado de Alemania a Jamaica.

Bob Marley murió en Miami el 11 de mayo de 1981, a la edad de 36 años, mientras regresaba a su país. No obstante, Marley, en un momento de reflexión sobre su legado en Nueva York, musitó: “A medida que pasa el tiempo, la gente se da cuenta de que esto es de verdad”. Su música, de hecho, viviría sin él.

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