Reseña del álbum: The Pointer Sisters (Homónimo, 1973)
Cuando The Pointer Sisters lanzaron su álbum debut homónimo en 1973, pocos podían predecir el impacto que estas cuatro mujeres de Oakland tendrían en el R&B, el jazz y el pop. Mucho antes de que alcanzaran la cima de las listas con himnos de la música dance de los 80 como “Jump (For My Love)” o “I’m So Excited”, el grupo dejó su huella con un disco que celebraba la sofisticación musical y una profunda autenticidad. The Pointer Sisters (Blue Thumb Records) se erige como una obra maestra de armonía vocal, fusión de géneros y pura alegría musical.
Desde la primera canción, “Yes We Can Can”, se establece el tono del álbum: una afirmación funky y conmovedora que irradia optimismo y espíritu comunitario. Con su línea de bajo envolvente, su estrofa de llamada y respuesta con influencias gospel y su sólida sección rítmica, no sorprende que la canción se convirtiera en un éxito arrollador. Las armonías de las hermanas son nítidas y a la vez fluidas y naturales: un sonido nacido de coros de iglesia, clubes de jazz y salas de estar familiares.
Uno de los logros más notables del álbum es su variedad estilística. Temas como "Cloudburst" exhiben su impecable fraseo jazzístico, mientras que "Jada" y "That's How I Feel" rinden homenaje al swing clásico y a las influencias de las grandes bandas. Luego está "Sugar", un ritmo sensual y envolvente de tempo medio que fusiona la sensualidad del R&B con un toque de blues crudo. El disco nunca se siente disperso; al contrario, es una celebración de la historia musical afroamericana, reinterpretada a través de la mirada de cuatro mujeres que la conocían a la perfección.
Tanto en sus letras como en su temática, The Pointer Sisters capturan un momento en el que la música soul era a la vez políticamente consciente y descaradamente divertida. Su versión de “Wang Dang Doodle”, originalmente de Willie Dixon, rinde homenaje a sus raíces blues con un toque moderno y desenfadado. La energía es contagiosa; casi se puede sentir la alegría en el estudio.
En cuanto a la producción, el álbum es rico pero orgánico. La instrumentación fluye con naturalidad, los ritmos se mueven con soltura y nada suena demasiado pulido. La fusión de la maestría del jazz con la accesibilidad del R&B le otorga al disco una calidez perdurable, una cualidad que sigue brillando incluso en vinilo más de 50 años después.
En retrospectiva, The Pointer Sisters es más que un simple debut: es una declaración de identidad. Presentó al mundo a un grupo capaz de fusionar géneros con elegancia y autenticidad. Si bien sus éxitos posteriores les brindarían fama mundial, este primer álbum sigue siendo su obra más audaz musicalmente y, posiblemente, su declaración artística más coherente.
Temas imprescindibles: “Yes We Can Can”, “Cloudburst”, “Wang Dang Doodle”, “Jada”
Veredicto:
⭐️⭐️⭐️⭐️½ (4,5/5)
Una vibrante fusión de R&B, jazz y blues que captura a las Pointer Sisters en su estado más puro e innovador. Un debut atemporal que transmite ritmo, swing e inspiración a partes iguales.
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