MusicBird amplía su catálogo con los derechos del patrimonio de la leyenda del grunge Rick Parashar
La compañía suiza de inversión en derechos musicales MusicBird ha anunciado un nuevo acuerdo con el patrimonio del fallecido productor Rick Parashar, figura central del movimiento grunge de Seattle en la década de 1990. El acuerdo cubre los ingresos de Parashar por la producción de álbumes icónicos de Nickelback, Alice in Chains, Blind Melon y 3 Doors Down, entre otros.
Con esta adquisición, la cartera de derechos musicales de MusicBird supera las 2000 canciones de cientos de artistas, consolidando aún más su presencia en el rock y los géneros alternativos.
Parashar, cofundador de London Bridge Studios, ayudó a definir el sonido áspero y emotivo que dio forma a la era del grunge. Su trabajo como productor contribuyó a la venta de más de 20 millones de álbumes y a 4000 millones de reproducciones en Spotify, dejando una huella imborrable en el rock moderno.
El director ejecutivo de MusicBird, Paul Brown, destacó la adquisición como un hito empresarial y un homenaje al legado creativo de Parashar. “La influencia de Rick Parashar en el sonido rock de Seattle es innegable”, declaró Brown. “Nos honra que se nos haya confiado la preservación y promoción de su obra para las generaciones futuras”.
No se revelaron los detalles financieros de la transacción, pero esta se ajusta a la estrategia continua de MusicBird de conservar una colección de derechos musicales diversa y de alto valor. Entre las adquisiciones anteriores se incluyen catálogos del compositor y productor Alexander “Alex P” Papaconstantinou y la artista escocesa Midge Ure.
El acuerdo también llega en medio de una ola de inversiones en derechos musicales que está transformando la industria, tras importantes adquisiciones como la compra del catálogo discográfico de Jason Aldean por parte de BMG y la adquisición del catálogo editorial de Miles Davis por parte de Reservoir Media.
El continuo crecimiento de MusicBird demuestra confianza en el valor perdurable de la propiedad intelectual musical y, en este caso, garantiza que el sonido de la revolución grunge de Seattle se mantenga vivo en el mercado musical moderno.

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