Westside Cowboy sube la apuesta con "Drunk Surfer" antes del lanzamiento de su primer EP. Más vale que sea algo genial.
En tan solo unos días, se lanzará el primer EP de Westside Cowboy, "Esto es mejor que sea algo genial". Es uno de los debuts más esperados del año en el indie rock. Y por lo que han publicado hasta ahora, ese título no es solo una declaración, es una garantía.
Con cada nuevo lanzamiento, la emotiva banda angelina se ha forjado un nombre en la industria del indie rock. Sus canciones tienen letras sinceras, estribillos pegadizos y una urgencia cruda y descolorida. Ya hemos escuchado la vulnerabilidad emotiva de "I've Never Met Someone I Thought I Could Really Love (Until I Met You)", la arrogancia y tensión de "Alright Alright Alright" y la narrativa sincera de "Shells". Ahora regresan con otro éxito: "Drunk Surfer".
"Drunk Surfer" es un viaje salvaje y agridulce que dura poco más de tres minutos y representa con elegancia la vertiginosa agitación del desmoronamiento. Te sientes como si estuvieras corriendo por la Pacific Coast Highway al atardecer, sintiendo todo a la vez, vacilando y elevándote. Tiene las guitarras distorsionadas de la música indie de principios de los 2000, el extraño encanto del surf rock clásico y letras honestas que atraviesan la distorsión.
Westside Cowboy no va a lo seguro. "Drunk Surfer" parece el grito de guerra del EP, la última oleada de emoción antes de que salga todo. Es caótico, melódico y magnético: prueba de que esta banda va a labrarse un nombre.
This Better Be Something Great sale a finales de esta semana. Y si los sencillos sirven de indicio, Westside Cowboy no solo espera estar a la altura de su nombre; se asegura de que así sea.

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