Thor Harris critica a un local de Brooklyn por no pagar nada, lo que genera debate sobre la economía de las giras independientes.
El sábado por la noche, el aclamado multiinstrumentista y exbaterista de Swans/Shearwater, Thor Harris, encabezó un cartel junto a More Eaze y Lumberob en The Sultan Room de Brooklyn. El íntimo concierto atrajo a 46 asistentes al recinto con capacidad para 280 personas, pero lo que sucedió después de que la música se detuviera ha desatado una nueva ola de debate sobre cómo se les paga a los músicos independientes.
Después de la actuación, Harris compartió una imagen de su acuerdo de pago en Instagram, revelando que él y sus compañeros de banda no recibieron nada por la noche. En un texto superpuesto a la foto, escribió:
“@thesultanroom No nos pagaron nada esta noche por un espectáculo maravilloso”.
El desglose que publicó mostró que el local había sufrido una pequeña pérdida financiera esa noche, a pesar de la venta de entradas, debido a los costos operativos. Aun así, la transparencia de Harris sobre las cifras ha resonado en muchos miembros de la comunidad musical independiente, destacando la tensión constante entre la economía de las salas pequeñas, la compensación de los artistas y las realidades de las giras en un mercado pospandémico.
Fans y colegas músicos se manifestaron rápidamente en línea, algunos defendiendo la postura de la sala y otros argumentando que los artistas nunca deberían irse de un concierto con las manos vacías. Para muchos, la publicación subrayó un desafío mayor y sistémico: a medida que aumentan los costos de viaje, alojamiento y equipo, los artistas independientes a menudo se encuentran asumiendo el riesgo financiero de las presentaciones en vivo.
Ya sea que este incidente genere un cambio constructivo o se desvanezca como un momento más en el debate en curso, la publicación de Harris ha recordado a los amantes de la música que detrás de cada entrada vendida se esconde un frágil equilibrio económico, y que para muchos músicos en activo, alcanzar el punto de equilibrio sigue siendo un sueño lejano.

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