Reseña del libro: Lejos de ser bueno: El juicio de Sam Cray, de Stephen Van Zant
Lejos de ser bueno: El juicio de Sam Cray, de Stephen Van Zant, es un thriller legal intenso y cautivador que difumina con maestría las fronteras entre justicia y venganza, culpa y redención. En el centro de la novela se encuentra Sam Cray, un hombre acusado de un delito violento que pudo haber cometido, o no, y un sistema judicial que se siente tan presente en el juicio como el acusado.
Van Zant demuestra un gran dominio del drama judicial, utilizando los procedimientos legales no solo como recursos argumentales, sino como crisoles para el desarrollo de los personajes. El juicio en sí se desarrolla con una tensión creciente, y si bien los giros legales son cautivadores, es la carga psicológica de la historia lo que te mantiene leyendo. Sam Cray no es un personaje cualquiera: su pasado, sus motivaciones y su desenlace emocional están llenos de matices. Los lectores se encontrarán cuestionando no solo la inocencia de Cray, sino también las zonas grises morales que rodean la búsqueda de justicia.
El reparto secundario —abogados defensores, fiscales, periodistas y ciudadanos— está claramente definido y a menudo enfrentado, lo que refleja los amplios intereses culturales y personales en juego. Van Zant no rehúye explorar las fallas sistémicas ni la naturaleza performativa de los juicios de alto perfil. En ocasiones, el libro evoca el tono de Scott Turow o del primer Grisham, pero con un toque más oscuro e introspectivo.
Algunos lectores pueden encontrar el ritmo irregular en los capítulos intermedios, donde la narrativa se desvía brevemente hacia subtramas que podrían haberse recortado. Sin embargo, estos momentos también añaden profundidad y contexto, especialmente cuando revelan cómo la percepción pública y el frenesí mediático influyen en los resultados legales.
En definitiva, Lejos del Bien es más que un simple thriller judicial: es una reflexión sobre la identidad, la responsabilidad y el precio de la verdad. La prosa de Van Zant es limpia y deliberada, permitiendo que las emociones en juego se manifiesten con fuerza sin caer en el melodrama innecesario.
Veredicto: Un drama legal cautivador y que invita a la reflexión, que desafía nuestras suposiciones sobre la culpa y la justicia. Muy recomendable para los amantes de los thrillers judiciales con un toque psicológico.

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