El año 2024 ha sido testigo de cambios tectónicos en el panorama competitivo del streaming de música. Encabezando la lista de contendientes, Apple Music y Spotify se disputan el primer puesto en una industria en la que la experiencia del usuario, el precio y la exclusividad son factores decisivos para el éxito o el fracaso de una plataforma. Sin embargo, los acontecimientos más recientes exponen cómo las estrategias de Apple Music han puesto a Spotify en una posición precaria, planteando preguntas sobre la equidad y la competencia en la era digital.
El estado de situación del streaming de música
En 2024, el mercado del streaming de música tendía a estar dominado por unos pocos actores importantes, encabezados por Apple Music y Spotify. Si bien ambos tendrían grandes bibliotecas de música con sonido de calidad, sus estrategias de precios y modelos de negocio los diferencian. En esta reciente medida de aumentar los precios de suscripción de $10,99 a $11,99, Spotify hizo poco más que asentir ante las crecientes presiones y la competencia que sacude los pasillos.
El dilema financiero de Spotify
Aunque Spotify alcanzó otro récord de 15.200 millones de dólares en ingresos en 2024, la enorme presión financiera aumenta después de que la empresa anunciara una pérdida neta de 131 millones de dólares, lo que ejerce presión sobre el modelo de negocio. El servicio de streaming paga el 70% de sus ingresos a los artistas y las compañías musicales, dejando solo el 30% para mantener las luces encendidas. Si bien este modelo es útil para los artistas, ejerce una inmensa presión financiera sobre Spotify, especialmente con la creciente competencia.
Ventaja estratégica de Apple Music
Apple Music ha mantenido una ventaja sobre la competencia a través de una serie de ventajas estratégicas críticas. Una de ellas, y no la menos importante, es el hecho de que Apple ejerce control sobre la App Store, donde Apple Music viene preinstalada en los iPhones y evade la tarifa de comisión del 30% dentro de la aplicación que se cobra a otras aplicaciones. Esto claramente le dio a Apple Music una ventaja en competitividad de precios y ventajas promocionales sin la misma carga financiera que soporta Spotify.
Además, las prácticas adoptadas por Apple dificultan la competencia de los competidores. Por ejemplo, Apple no ofrece la integración con Siri y HomePod para otros servicios de streaming, lo que hace que este producto se haya afianzado aún más en el mercado. Además, Spotify ha experimentado retrasos en la actualización de aplicaciones y limitaciones en las opciones de pago externas debido a las políticas de Apple, lo que complica aún más su posición competitiva.
Desafíos regulatorios y legales
En marzo de 2024, la Unión Europea, siempre dispuesta a luchar contra las prácticas de Apple, impuso una multa de 2.000 millones de dólares en respuesta a las quejas de Spotify. La sentencia da voz a los duros críticos de las prácticas comerciales de Apple en relación con su impacto en la competencia. Si bien esta multa es un avance importante, también plantea preguntas más amplias sobre cómo exactamente una empresa tecnológica dominante podría hacer uso de una posición de mercado para sofocar la competencia y poner en desventaja a los rivales.
La comparación con Google
Lo que es más interesante, a pesar de que las comisiones en Google Play Store son similares a las de App Store, Spotify no ha tomado ninguna medida contra Google. Después de todo, la diferencia estaba en un proceso de revisión de aplicaciones más indulgente y una mayor flexibilidad en los métodos de pago. Este contraste indica que, si bien no es fácil trabajar con ninguno de los dos, Google es mucho menos restrictivo que Apple, con sus políticas estrictas.
Mirando hacia el futuro
En lo que respecta al streaming de música, uno de los temas más relevantes sería el cambio dinámico entre Apple Music y Spotify. Las ventajas estratégicas acumulables para Apple Music y los desafíos regulatorios que afectan duramente a Apple muestran exactamente cuán compleja puede ser la rivalidad en esta era digital. Para los consumidores, estos avances podrían abrir más opciones y mejores acuerdos; para las empresas, subrayarían el imperativo de defenderse tanto de las fuerzas del mercado como de los panoramas.
Es muy probable que el futuro del streaming sea una variante de debates perpetuos en torno a las cuestiones de equidad, competencia e intervención de las grandes empresas tecnológicas en el mercado digital. De hecho, será interesante ver cómo se desarrollan estas dinámicas a medida que las cosas cambian en los nuevos avances hacia la supremacía del streaming.